¡Oh, si pudiese volver a nacer!,
quizás... veinte años después;
y no... porque me pese el vivir,
y no... por el temor a morir;
sino, para quizás descubrir,
que otros vientos vería cruzar,
que otros ojos pudiera encontrar,
que otros sueños lograría alcanzar.
¡Oh, si pudiese volver a nacer!,
tiempo después... y lograr coincidir
con los ojos que tarde ya vi,
su mirada joven y la mía, aún no senil;
su mirada viva... llena de alegría,
como otrora la mía, aún sin melancolía;
coincidir en los tiempos, no en el llanto,
coincidir en los sueños... y en el canto.
¡Oh, si pudiese volver a nacer...
y saber que le pude
querer desde ayer!
Alberto Diago (xE.C.)