alegazpa

EspĂ­ritus en las paradas

Arrastra su cuerpo con esfuerzo,

pero decidido

a disfrutar de valerse por sí mismo.

Parado está a la sombra de un árbol.

Observo la nobleza de esa mirada,

a la vida desde la experiencia

de haber querido estar despierto siempre.

Su alma me comunica la expresión

para que inmortalice la divina fuerza

que su rostro emana...

El resto pace en los quehaceres a su alrededor

y él agradece el aliento que inspira.

Irradia ganas de vivir

a ese populacho cansado de no vivir.

Se prepara a coger el autobús

y altivo en la espera activa de estar vivo

marcha a su casa,

aunque siempre la lleve consigo.

 

Ya no está,

mas el árbol sigue agradecido de su presencia.