Transmitió su belleza en tan humilde hoja;
blanca, arrugada, un poco quebrada y manchada,
con tinta, palabras acomodadas y rimadas.
Pobre, aún reciente tan cruel tragedia.
Poco importó a sus ojos las palabras,
aquellas que lo dieron todo y obtuvieron nada.
La pluma sintió culpa de su letra,
la hoja sufrió por la indiferencia.
y aquel poema murió, porque ella no lo amo.