A las raíces profundas no las atraviesa, ni la tempestad ni el rocío , viven ajenas a lo externo que intente quebrar su arraigado suelo.
Se nutren del agua pura de la lluvia que va cayendo, de la tierra que guarda tesoros en sus filamentos.
A la raíces profundas no las destruye cualquier viento.
Son fuertes! a pesar de los duros inviernos.
No las intimida cualquier peregrino que en su descanso busque cobijo bajo su tronco erguido.
A las raíces profundas no las marchita cualquier tormento!.. quizás le tiemble la raíz, quizás haya días de sufrimiento., pero su rama florece , sigue creciendo y su flor renace para enamorar de nuevo al viento.
Y sí alguna vez se agrieta o se seca porque el agua sucia de alguna desventura perturba su tierra y desgrana su esencia.
Habrá otros soles, otras lunas, otras lluvias que vengan benditas! para fortalecer su suelo para nutrir sus heridas que parecían marchitas.
P. P.H.