Raiza N. Jiménez E.

Lejanía.-

Sí con este mi corazón, yo pudiera

escuchar esta maravillosa sinfonía.

Lejos, como estoy de ti, yo quisiera

permanecer cerca de ti, todo el día.

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En verdad, todo por ti, yo lo hiciera.

Yo no supe cómo, evitar esta agonía.

O evitar que, este loco amor, naciera.

Nunca pude ocultar que yo te quería.

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Así, toda mi alma sucumbió ante ti.

Hechizada estuve, ante tus efluvios.

Cómo no evocar que, todo era un lío.

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Mi alma flaqueaba y, por ello, me fui.

Mis lloros, no obstante, eran diluvios.

Pero, encontré quién calmara mi frío.