Duerme, mi niña amada,
que a tu lado yo estoy,
te cuido con amor,
te cubro con mi alma;
Duérmete en la almohada,
sobre este corazón
que todo te lo dio
con gran fe y esperanza;
duérmete en mis brazos
que yo te cuidaré,
duérmete en mi regazo,
no existe el padecer:
descansa aquí a mi lado:
un lecho hecho de miel...