Descentrado por el mundo voy.
Ni me dejo llevar por su ímpetu
ni clarificar mi espíritu pretendo.
No me conmueve este universo
de medidas y pesos, ni hasta el hartazgo
llevo mis desasosiegos inoportunos;
los convierto en pasatiempos o en ripios
mal hechos. Haciendo de mi nido rijoso,
un nicho que alterara el ritmo de mi verso,
protuberante y malísimamente compuesto.
Descentrado por el caos voy, es normal.
Tanto, que casi me apena sufrir el padecimiento
de todo el mundo.
No hago versitos ni santifico bellezas ya;
que los hagan otros, que yo simplemente espero,
a la de ojos negros y culo prieto-.
©