Angel Rafael Anaya Puerta

ODAS A LA MONNA LISA (LA GIOCONDA)

En la estancia silente del Louvre antiguo,

allí reposa la musa de sonrisa enigmática,

bella y majestuosa, Mona Lisa es su nombre,

inspiración eterna de un arte que deslumbra.

 

Con pinceladas maestras, Leonardo trazó,

el retrato inmortal de esta dama misteriosa,

sus ojos cautivantes, su enigma sin descifrar,

una oda a la belleza que el tiempo no desvanece.

 

Oh, Mona Lisa, en tu mirada se ocultan secretos,

¿qué pensamientos albergas en tu alma oculta?

Enigmas que perduran a través de los siglos,

como el resplandor de un sol que nunca se oculta.

 

Tu sonrisa sutil, un enigma del corazón,

un deleite para el alma que ansía descubrir,

el misterio que envuelve tu rostro inmortal,

un desafío para el arte y la razón.

 

Eres la esencia del Renacimiento floreciente,

un símbolo de la época dorada del saber,

cuando el arte y la ciencia se daban la mano,

y la imaginación volaba libre sin temor.

 

Oh, Mona Lisa, eres fuente de inspiración,

para poetas y pintores, artistas sin igual,

belleza eterna que trasciende las eras,

en cada trazo y verso, tu esencia se revela.

 

Que perdure tu legado en el tiempo infinito,

que tu enigma siga cautivando al mundo entero,

en cada generación, tus ojos serán vistos,

y en cada corazón, tu sonrisa dejando huella.

 

Así, en este poema, rindo homenaje a tu esencia,

Oda a la Mona Lisa, a tu misterio y hermosura,

pues tu imagen inmortal trasciende la existencia,

y tu enigma en el arte perdurará con bravura.

 

Autor: Ángel R. Anaya Puerta

Todos los derechos reservados a su autor

Código de registro 9202284- G0246