...Caminaba con los pies desnudos,
el mar soslayaba,
y en aquella playa ,deslizada
por las olas de un mar adivinado,
hallé una caracola.
Arrullaba a mi oído su gravedad
de criaturas ondinas en el mar.
En el horizonte,habia un cielo mortal,
con esmero me descalzaba
en la entrada del portal;
En su asfalto se extendia un poco de mar,
un poco de lago,
vertidos en una copa de vino:
y en la resaca del camino,
mi peregrinaje sigo,
con los pies puestos en la tierra
y la mirada en las estrellas.
Y resurjo en las ciudades.
como un alma sublevada
sosteniendo en sus altares
la entrega de un país.
Ayeres
8-8-2023