Nuestras preocupaciones
son un entramado,
enuncian procesos
con miradas propias.
Vemos un punto de origen,
un horizonte necesario para la vida.
Pluriverso es nuestro nacimiento,
vivimos de tensiones,
nuestros sentidos comprenden el mundo,
no vivimos en un mundo único.
Partimos de creencias y de mitos,
desde la modernidad,
nos han engañado,
nos expropiaron nuestra belleza,
impregnadas de oro y bronce,
de perlas y cobre.
Ensayamos un nuevo mundo,
la transmodernidad nos invita
a pensar en el sur para el sur,
Europa se degrada y se hunde
revolcándose en su propio
estiércol.
La miramos y la repensamos en sus tiempos vanidosos
de crimen y robo.
No somos perfectos.
Queremos construir nuestra propia ruta,
con nuestros dolores,
repensar una brújula
para no perdernos en la utopía.
Nuestro futuro es un desafío,
es una larga caminata,
cruzamos el desierto de los malestares y sinsabores,
ya no tememos a las adversidades,
el optimismo es nuestra compañera.
La esperanza es nuestra sombra y nunca nos abandona.
Hemos superado los miedos.
¡Retroceder jamar!
Nuestros pasos son gigantes,
cargan el peso del tiempo histórico,
avanzamos como pensamos y como queremos.
La civilización de los bárbaros
muere lentamente,
nuestros collares multicolores
le remite al miedo de la resistencia ancestral.
Los tambores impregnan de color a la nueva época,
de ritmo y humanidad y recorren Europa,
van a rescatar los minerales robados.
Los barbaros se atemorizan,
su continente se ennegrece y
las tribus juegan el mejor futbol del mundo.
Nuestro reto es desafiar el mundo impuesto,
romper cadenas mentales,
liberar el espíritu,
de eso estamos hechos,
una mezcla que nos mantiene vivo y,
guerreando perennemente.
Poema filosófico