Entré chillidos, chillidos de gaviotas,
buscando su alimento a la orilla
del mar, yo esperando que lleguen
los pescadores en su embarcación
porque ellos son las esperanzas que
traigan algo de pesca, para ser
bendecido del pan diario. Grandioso
es nuestro, Señor que hubo hasta para
alimentar a las gaviotas... que alegría
teníamos!!! que se pudo obtener el
sustento para la casa, gracias
al Creador por sus bendicion a diario.