Conocí a una mujer hace muchos años
con increíbles virtudes, de esas que no se ven siempre
esas virtudes que solo Dios da cuando crees en él
Vive en un lugar donde ve de cerca las estrellas
le cuenta chistes a la luna
y baila cuando quiere con los ángeles
Tiene el pelo rizado y la piel morena
unos ojos hermosos que siempre expresan ternura
una sonrisa admirable
Siempre luce radiante y hermosa
Y tiene un lugar en su corazón para aquéllos que se acerquen
Una capacidad de perdonar que solo puede dar la nobleza de su alma
Esa nobleza que siempre quise aprender
Pero es tan de ella, que es parte de su propia esencia
Jamás podré igualarla.... esa es su naturaleza.
Yo, la amo entrañablemente
Y aunque no puedo verla, siempre la recuerdo
Está incrustada en mi corazón
Y siempre pienso que tenerla en esta tierra
Fue un regalo maravilloso
Que nunca terminaré de agradecer
Porque Dios no pudo haber elegido
A una mejor persona para que fuera mi madre
Hoy que ya no está
La extraño, más que el primer día que dijo adiós
Volverla a ver es un sueño
Querer tenerla aquí es una locura
Porque tiene otra vida
Donde no sufre
Donde es felíz
Donde no le duele nada
Ni le falta nada
Por eso brindo por ella
Por lo que fue y por lo que es
Por lo que me enseñó, por lo que me dió
Porque no importa donde está
Con sus recuerdos sigo aprendiendo Y con ello la sigo amando