Los sueños vuelan alto últimamente queriendo huir de este mundanal ruido y amenaza.
Y no es una quimera lo que ocurre obligándonos a albergar un sinfín de sueños y mitigar así tanta realidad quebrada.
Tenemos las esperanzas vagas, los animos trastocados y un corazón reticente sangrando miedo por todo lo que pasa.
Todo es incertidumbre, todo es desgana y hay que abrazarse a los sueños para no caer al abismo al que esta sociedad nos arrastra.
Vivimos en un trapecio., donde el equilibrio flaquea, donde el porvenir cada vez más oscuro se marca.
Y los sueños vuelan alto y alcanzarlos es cosa vana.
Porque el miedo nos bloquea encogiéndose el alma.
Y hay que salir a la vida y hay que deshacer las lágrimas que nos ahogan los nudos que nos atan ., porque muy pronto la esperanza casi marchita necesita ser regada con el optimismo que es como agua sagrada.
Porque nada dura porque todo acaba, aunque en el trayecto tantas almas pierdan la batalla.
Pero sin fe y sin esperanza...
los golpes son más duros y la incertidumbre más pesada.
Pon luz hoy en tu camino y haz de la esperanza tu aliada ., y habrá un amanecer de gloria en la mirada de los niños en la sangre derramada.
Cuando éstas guerras malditas sepulten sus egos entierren sus armas.