Cada vez que la recuerdo
siento una gran alegría
y por verla un solo instante
al fin del mundo yo iría.
La conocí cuando niño
su imagen pude grabarla
y han pasado tantos años
y no he podido olvidarla.
Fue un amor tan puro
y demasiado inocente
que durante toda mi vida
la he tenido presente.
Lérida era su nombre
más nunca supe de ella,
pero dejo en mi corazón
marcada una honda huella.
Cómo se puede entender
que un amor tan inocente,
ahora en plena vejez
su recuerdo sigue latente.
Le he buscado una explicación
y nunca lo entenderé,
pero de lo que si estoy seguro
es que jamás la olvidaré.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,22/05/2023.