Mientras discurren mis días
en mi rincón de los pájaros,
recuerdo espejos de nácar
en un pasado mendaz.
Pensaba en luces de ámbar
en aquellas tardes largas,
cuando entre teas de fuego
se abrasaban mis pupilas…
De crisálidas brillantes
imaginaba perfumes,
y eran olores confusos:
entre colonia barata
y otros afeites absurdos…
Las palabras y las risas
que escuchaban mis oídos
eran disfraces fingidos
de dramaturgia falaz.
En el colmo de lo estúpido
creí ver una alborada,
y encontré tinieblas blancas
entresudado en mi ahínco…
………………………………………….
Todo pasa y todo queda,
dijo el poeta al cantar,
pero lo nuestro es pasar
sobreviviendo a la nada
para seguir adelante,
olvidar cuanto no existe,
porque jamás ocurrió...