Huyendo del insomnio mi inspiración voló sobre tiempos antiguos.
Sobrevolando medio mundo que dormía, casi muerto, y el otro medio que vagaba como zombie, casi vivo.
Las agujas de las iglesias se levantaban, apuntando hacía el cielo como ponzoñas, como dedos acusadores de alguna deidad engañosa.
Inspiración volaba sobre mi pasado muerto y enterrado en su mausoleo de muros húmedos y agrietados, con su losa empalidecida y su epitafio; unos versos descoloridos y fríos.
De la necrópolis de los recuerdos el hedor de la nostalgia se levantaba como una niebla oscura impregnando mi pluma maldita.
Mi inspiración sobrevolaba los abismos abiertos del ayer que como fauces hambrientas buscaban succionarle.
Pero mi inspiración, como ave de fuego logró escapar ilesa y con el tintero desbordante de poesía oscura.