DOS ORILLAS QUE SE UNEN
Hoy conocí a María…por haberte conocido a ti
y en mi corazón vi a Dolores, cuando a María yo vi.
Era una mujer pequeñita que al mundo me trajo a mí,
y todo el amor que tenía lo tuvo que repartir
entre ocho que parió y otros que no llegaron a vivir.
¡Que fuerza tenía Dolores! Sería que sus amores
ocho flores de un jardín;
seis claveles y dos rosas, le mantuvieran ese nombre
a la pequeña Dolores luchando por sobrevivir.
¡A donde dejamos al padre!, trabajando hasta el morir
desde el día hasta la noche para tener que subsistir,
cuidando bien de sus redes, cosiendo sin ponerle fin,
para que no perdieran peces por esos mares sin fin.
Están juntos y descansando, durmiendo un sueño sin fin,
en espera de ese día que nos vayamos a reunir.
Una foto de María yo vi en un portal de poemas
recordando a la madre mía con un suspiro de amor,
y lágrimas que eran flores saliendo de mi corazón
donde guardo sus amores.
A pesar de la distancia de las orillas de la mar
donde nos separa el tiempo y la distancia, se fraguó nuestra
amistad, en un portal de poemas donde fuimos a parar
escribiendo cada noche, versos de diversos temas.
María y Dolores, Dolores y María, que guapa fuisteis las dos,
en Continentes distintos pero con el mismo amor.
¿No creéis en los Milagros? ¡Internet lo demostró!
Con el paso de los años por los mares del amor
se encontraron dos amigos abriendo su corazón,
presentando a sus familias en un portal de poetas
con muchos versos de amor.
Como la madre de Jesús, se llamaba tu Mamá;
y la mía, como el viernes que antecede a la pasión,
dolores, quisieron llamar.
Recuérdale tú a María en la distancia del mar que,
en otra orilla del mundo, Dolores la quiere abrazar.
Te hablo de la madre mía, que descansando está ya,
en tierras de Andalucía.
Menesteo