En el lienzo de la noche, tu cuerpo un poema, Desmedido y ardiente, una historia suprema, Tus curvas trazan versos de pasión y deseo, Cada roce es una estrofa que enciende el anhelo.
Tus labios son las rimas que en mi piel susurran, Cada beso es un verso que en mi alma se curan, Tus manos, pinceles que trazan caricias de fuego, Y en cada movimiento, un poema en sosiego.
Cada centímetro tuyo, un verso desbocado, Cada mirada, un capítulo en el libro soñado, Tu piel es la página en blanco que anhelo explorar, Un poema desmedido que no puedo dejar de admirar.
En la sinfonía de suspiros y gemidos que creamos, Se entrelazan nuestros cuerpos, en pasión nos creamos, Cada encuentro es un poema que se escribe en el aire, Desmedido y profundo, como un río sin repare.
Eres el poema que late en mis venas, sin cesar, La pasión que me consume, que me hace vibrar, Tu cuerpo es el lenguaje que mi alma entiende, Un poema desmedido que el tiempo no comprende.