Sin poética
reconocida
voy dando vida
una voz específica,
poco pacifica,
que arranca
y se estanca,
en las fiestas,
de las respuestas,
a mis trancas.
Quiero proclamar
lo que se funda
y me inunda
como el mar,
para amar
en mi interior
el verso anterior
voy reflejando
y asimilando
una voz superior.
Mi lugar poético:
poemas difusos
dioses confusos
poco éticos
más alfabéticos
de otros mundos,
menos profundos:
poesía marginal,
fugaz, menos genial:
gritos iracundos…
Mi vísceras escriben
acerados versos
para luchar perversos
que me prohíben
lo que conciben
mis agónicos
y hegemónicos
que me enervan
cuando observan
mis versos melancólicos.