ALEXANDER JOSÉ VILLARROEL SALAZAR

LA MAESTRA EXCELENTE (PARTE 2)

voy a vender mi reloj
dijo el hombre sin chistar
y la maestra dijo que no
ese reloj es familiar
voy a vender mi anillo
de bodas que cuesta más
y el hombre dijo jamás
aunque es de oro amarillo

es el recuerdo de bodas
y lo vamos a preservar
ya tú verás que todas
las cosas van a cambiar

y mientras que ellos hablaban
ya dispuestos a salir
un hombre a ellos se acercaba 
y ella procedió a decir:
-Dennos solo dos semanas
para empacar y partir
y nosotros de buena gana
de aquí vamos a salir.

y el joven dijo a su ex docente
no, no vengo a desalojar
más bien he venido urgente
tan solo para ayudar.

y ella dijo como asi
¿no es usted el cobrador?
no señora estoy aquí
pero por algo mejor

yo soy jean aquel discente
que usted bien supo ayudar
y hoy es mejor mi presente

porque usted me supo amar. 

trabajo en la inmobiliaria
y supe su situación 
y de forma solidaria
inicie recaudación 
encontré a excompañeros
que estaban en el salón
que con gran cariño hicieron
una buena donación.

se esforzaron con esmero
porque usted fue muy especial
para obtener el dinero
para usted poder pagar.
y los alumnos pasados
empezaron a llegar
y al mirarlos a su lado 
ella comenzó a llorar. 

Yo soy José ¿cómo está?
y yo maestra soy María
yo Miguel cómo le va
y así muchos llegarían
y cada uno traía
donaciones generosas
y cada uno le decía
a ella frases muy hermosas.

Usted fue la profesora
que más marcó nuestras vidas
y justo por eso ahora
es por nosotros querida. 

usted me ayudó bastante
cuando nada yo tenía
y usted fue mi gran ayudante
cuando yo nada sabía

gracias por enseñarme
y regalarme sus horas
por eso pude graduarme
y estar donde estoy ahora.

reciba hoy este dinero 
uno le supo decir 
es poco más considero
de algo le podrá servir.

y otro sacó su chequera
y se le puso a escribir
y la cifra total era 
de los dólares diez mil.

y jean el de la bicicleta
entonces le supo decir
su hipoteca completa
usted podrá resarcir

y le enseñó un monto en cuenta 
total de las donaciones
trescientos veinte mil cuarenta
dólares sin comisiones. 

                                                                                               y ella comenzó a llorar                                                                                                                                                                                         por tantas demostraciones                                                                                              de un afecto singular
de alumnos que con acciones
le supieron demostrar
que todas sus oraciones
se pudieron escuchar 
en el cielo por montones.

Y la maestra sonrió
toda llena de alegría
y su esposo la abrazó,
mientras que se sonreía 
-todo esto es para mí
a los alumnos -decía.
y ellos les dijeron: si
porque Usted lo merecía
por ser una gran docente
y por hacerlos surgir
porque por ser insistente
hoy tienen buen porvenir

La maestra les enseñó
que se debía insistir
y cada uno aprendió
a sus metas conseguir

La maestra no miró
su anterior limitación
y siempre les regaló 
todo su buen corazón.