Camino hacia el espejo, deseo ver mi rostro por última vez.
El peso de mis pasos va haciendo huellas que quebrantan y perforan el suelo. ¡Retumban!
cada paso es mas pesado que el anterior, es tan duro el caminar. ¡Retumban!
Al llegar, al fin de la tormentosa travesía, veo en el espejo el reflejo de mi rostro
cuya sangre y carne se derriten ante el calor de mi mirada, es la mirada de la culpa,
y a quien veo ahora es alguien, pero alguien irreconocible, alguien que no quiero ser.