Antonio Leyva

Sí, te vi.

 

Tanto tiempo estuve yo alejado de ti

Y he pensado en que hubiera sido,

Si nunca te hubiera conocido,

Y ahora coincido,

Contigo en este desierto.

Mientras se baja el sonido

Se oye el ruido en el Mar Muerto.

 

Si te vi,

Mis ojos se perdieron con los tuyos,

Mientras las olas me mecían

Los cantos eran arrullos.

 

Sí, te vi,

Mis ojos se perdieron con los tuyos,

Mientras las horas me decían

Que el tiempo es solo un murmullo.

 

Y fui por ti,

Pero era demasiado tarde,

Quise tratar de,

Seguirte, pero me sentí cobarde,

 

Y me perdí,

Como tus huellas en la ribera,

 

Te convertí,

En una musa y una quimera.

 

Busqué a la luna,

Siguiendo el consejo de algún poeta

Pero terminé borracho

Escribiendo esta letra escueta.

 

Y decidí,

Que estos serían los últimos versos,

 

Y comprendí,

Que estos serían los últimos besos.

 

Que te has llevado,

Mi voz, mis planes, mis ilusiones.

 

Que te has llevado,

Mi don, mis aires y mis pasiones.

 

Solo ha quedado,

Un ron y solo un par de renglones,

Una pantalla agrietada

Y una tez sin expresiones.

 

Que te has llevado,

Mi voz, mis planes, mis ilusiones.

 

Que te has llevado,

Mi don, mis aires y mis pasiones.

 

Solo ha quedado,

Un ron y solo un par de renglones,

Una pantalla agrietada

Y una tez sin expresiones.

 

Sí, te vi,

Mis ojos se perdieron con los tuyos,

Mientras las olas me mecían,

Los cantos eran arrullos.

 

Sí, te vi,

Mis ojos se perdieron con los tuyos,

Mientras las horas me decían…

 

Mientras las horas me decían

Que el tiempo no pasa en vano,

Te vi cuando amanecía

Y me soltaste de la mano,

En tu mirada vi el reclamo

De los años que perdimos,

Y en tu voz se fue el milagro

De los años que ganamos.

 

Gracias,

Por esa última noche en el mar,

Por obligarme a remar,

Contracorriente en lo profundo.

Y gracias por valorar

La banalidad del mundo,

Y enseñarme a volar

Entre el humo y los segundos.

 

Hoy, le escribo a tu recuerdo,

Y así permanezco cuerdo,

En esta rara paranoia

Y el delirio en que mantengo

La esperanza,

De las pupilas que danzan,

Al son improvisado del destino,

 

Y se abalanza,

Sobre mí,

La voz que fue, la fe, la añoranza,

 

De coincidir,

De ser, crecer, tener la confianza,

 

De en ti sentir,

La ausencia del vil tiempo que alcanza.

 

Y sí, te vi.