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¿Alguna vez te has enamorado?

¿Alguna vez te has enamorado? Miles de veces me hicieron esta pregunta, e incluso yo la hice y muchas veces me la repregunto en mi silencio. La respondo de muchas maneras, a veces miento o doy vueltas y otras solo afirmo o niego. Pero últimamente vengo respondiendo siempre lo mismo y no se si estoy mintiendo o diciendo la verdad, pero es lo que siento. En una de esas reuniones, en la cafetería, con mis compañeros de la facultad surgió el amor como tema a charlar, y en medio del bullicio y sus griteríos, uno de ellos, con gestos filosóficos, me miro y me pregunto: ¿Te enamoraste alguna vez? En ese momento todas las mujeres de mi vida pasaron por mi mente, me quede callado y todos se callaron a la vez, incluso el mozo con la bandeja llena de medialunas se quedo trabado en esa línea de la interrogante,  de un silencio incomodo e intrigante. Cuando por fin me designe a responder y romper con el silencio, una respuesta distinta a la pensada me vino al cerebro, y sin vacilar respondí: “Todos los días cuando tomo el tren”. Esta vez un silencio extraño permaneció en la mesa, el mozo sin decir nada repartió las medialunas, algunos tímidamente cambiaron de tema y abandonaron la charla, una compañera se levanto sin decir nada y con una mueca me beso la mejilla y salio a fumar un cigarrillo, en la cabecera de la mesa un compañero me miro fijo unos segundos, me guiño el ojo y tomo un sorbo de su café. En cuanto al que me hizo la pregunta, mirando para abajo y acariciando su barbilla me dijo: “Eso es fantasía”.

Como una estrella fugaz la mañana termino. Rápidamente tome el subte y como siempre escuchando música repase todo mi día pensando, recordé que esa mañana cuando me dirigía a la capital una muchacha de al menos veinte años viajo a mi lado, como siempre el colectivo desbordaba de gente a esa hora y durante cuarenta minutos viaje parado, la muchacha era delgada, pelo castaño claro, tenia pecas en sus pómulos y en su respingada nariz, los labios rosados tirando a rojo, unos labios perfectos en mi opinión , el pelo largo por la cintura, natural y suelto, no tenía nada de maquillaje, esta chica era hermosa. Cada tanto la miraba y agarrandose del pasamano se recostaba en su propio brazo, cerraba sus ojos color miel y sus pestañas largas y negras esta vez tomaban el mando de la situación. Un amigo de muchos años, dice que las apariencias engañan, y que seguramente las mujeres bellas no son tan bellas, pues si las conociéramos quizá no nos gustaran tanto y no nos volverían tan locos como sucede cuando las encontramos en los medios de transporte. ¿Y si no es así? Me pregunto ¿Y si esa chica es mi alma gemela? ¿Que pasa si esa chica es mi alma gemela y la estoy dejando escapar?