RENNY LOYO

POEMA DE LA DERROTA

Cuando te conocí,

estuviste distante,

alejada,

tu mirada vagueaba

como si no sintieras

mi presencia,

o rechazando la energía

de mi existencia.

 

Cuando escuchaste mi voz,

tu semblante cambió,

se sentiste atrapada por mi música

y no querías alejarte de mí.

 

Pero ya eras de otro.

Otro que no te apreciaba.

Otro que te maltrataba.

 

Estabas atrapada, sin saberlo,

sin fuerzas para escaparte

de aquella amenaza.

 

Pero te arremolinaste

a mis palabras,

sentiste mi calor

en la distancia,

percibiste mi amor

tímido y callado,

pero tú,

que eras poeta,

soltaste tus amarras,

y con tu mirada inquieta,

me conmoviste,

te confesaste,

comprendi tu tristeza,

me hice tu amigo,

tu paño de lágrimas,

en tu tristeza,

pero me tenías a mí,

siempre apoyándote,

hasta que te desapareciste

por un tiempo.

 

Me dijiste que era el teléfono,

luego que irías a las montañas

por tu trabajo,

pero en mis recuerdos

te imaginaba en una cárcel.

 

Ahora ya estás de nuevo de vuelta,

me das tu número con timidez,

como si te sintieras culpable del silencio.

 

Y yo, que me emociono

al imaginarte de nuevo,

al escuchar tu melódica voz imaginaria,

tus canas incipientes,

en tu pelo lacio,

tus ojos negros inquietos y brillantes,

la comisura de tus labios, asiáticos,

tu morena piel de canela,

tu cincelada cintura,

y tu mensaje oculto del amor.

 

No puedo más que

soñarte en mi almohada,

enjabonarte en mis sueños,

y abrazarte en las noches

de intenso frio.

 

Así es mi amor,

pero yo, que quiero salvarte,

no puedo,

soy el reflejo,

de un amor cansado,

agotado,

agobiado,

pero sin fuerzas para

ir a rescatarte.

 

Con los temores del futuro,

con una edad a cuesta,

que no se si, la has medido,

es extraño este amor,

que se hace imposible.

 

Aunque tu vida ha cambiado,

ya eres libre para desandar caminos,

ahora soy yo que me confieso en este campo

minado de alambres.

 

No puedo,

no debo,

debes encontrar un amor cierto,

el mío no tiene fuerzas para continuar,

solo vivir de pasiones efímeras,

como los muchachos,

soñar, soñar

que eres mía,

es mi destino.