Perdóname hijo Nicolas por no ser un padre a tu medida,
Hay cuantas veces te he fallado creyendo que te formaba,
Cuando al final solo he formado tu confusión día tras día,
Me pesa la mano por mis ofensas a pesar de tu tamañito,
Me corroe el alma por ser tu cuidador que más te descuida.
Perdóname hijo Nicolas por no ser un padre como mi padre,
Con ello te digo que no tengo excusas por tus desdichas,
Hay cuantas veces te he castigado buscando que te corrijas,
Cuando el corregidor ha sido quien ha dado el tropiezo,
Me corroe el alma tu voz diciendo “no me castigues papá”.
Perdóname hijo Nicolas por exigirte supuestos modales,
Cuando tus modales han sido tan normales para tu edad,
Y mis modales han sido de un lastre de época medioeval,
Creyendo que si soy más iracundo te voy a poder controlar,
Me corroe el alma tu voz diciendo “te quiero papa Williams”.
Perdóname hijo mío, diga lo que diga el pasado no cambiará,
Pero después de todo mi lamento sino estoy a tu altura,
Pierdo todos mi derechos a una vida larga con tu amor,
Pues me condeno yo mismo a vivir con desprecio por necio,
Me corroe el alma saber que es posible que me perdones.
Eres mi hijo a quien quiero con toda mi existencia y vida,
te cargue en mis brazos desde tu primer día de vida,
Y prometí cuidarte hasta mis últimos suspiros de vida,
Voy fallando en los primeros años que marcan la vida,
Tal vez tarde, en tus siguientes años yo te daré mi vida.