No fue una rosa,
oh un jardin,
el mejor paisaje,
que pude percibir.
Tampoco fue una melodia,
oh el canto del ruiseñor.
lo que logro sonar en mi cabeza,
como musica de primavera.
Encontrandote,
fue una entrada epica,
a las mil maravillas,
que esconde la naturaleza.
Marcando en mi tiempo,
horas de insomnio,
donde solo recorren las manecillas,
que dictan el tic tac de tus labios.
Siendo un descubrimiento,
donde el universo resguardaba,
una mente brillante,
como una joya resplandeciente.
Y aquellos momentos,
donde en todo mi conocimiento,
solo pude entender,
que vale mas que solo una vez.