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**~Novela Corta - El Pecado de Mujer - Parte II Final~**

Mientras tanto se aman Kiral y Ayet, en esa fría habitación después de un tiempo conociéndose ya era hora para amarse en la intimidad. Ayet se sintió suavemente indeleble como el reloj con horas perdidas cuando el alma percibe el mismo dolor de la infidelidad. Cuando en la insistencia fría de ese calor, se encerró como el mismo dolor de amar bajo el deseo y la lujuria y la libidinosidad de la pasión entre Ayet y Kiral. Y se encontraron fácilmente en el mismo deseo y más que eso en el mismo recelo de la vida cuando en el trance de la verdad se sintió como el desafío frío en querer abrir el alma con la luz de luna de nácar fuertemente como el delirio delirante de dar una sola verdad. Cuando en el aire y en el viento se sintió como la misma fuerza real y más que eso en el alma de creer en unir la huella indeleble con la verdad horrorizada de creer en un amor infiel, desleal, inseguro y con traición. Si Kiral y Ayet, se entristeció como el tormento frío dejando a su paso una terrible tempestad. Cuando en el aire y en el viento sosegado se contempla el frío y el desastre de creer en el trance de la vida cuando ocurre el desenlace y con una fría certeza cuando en el tiempo son como horas perdidas. Cuando en el desenlace frío, se percibe el mal deseo y más como una buena suerte de haber hallado a un buen hombre de tal calibre como el buen amor, pero, infiel. Cuando el tiempo transcurrió como un deseo o como anhelo pasando en el ocaso y en el venidero instante se da una fuerza en dolor por ser un amor infiel. Cuando en el recelo de la vida misma se vio como se sintió hacer el amor entre Karil y Ayet. Cuando en la vida se siente como delirio delirante de creer en que el amor entre Karil y Ayet va en viento en transición y en realidad no era así, si era el amor infiel y en subrepticio dolor y más dolor. Cuando en el ocaso frío, pero, con sol se siente como el mismo calor. Cuando en el alma sin la luz que emana de la verdad entre Karil y Ayet se cree y se percibe como el mismo tormento. Cuando en el trance de la verdad, Ayet se entristeció porque sí, amaba también a su esposa, pero, está más distraída en ir a comprar sus cosas, sólo le dedicó en ser como la misma osadía de no pertenecer al hogar y con su esencia sólo debilitó con debilidad al corazón de Ayet, y, Karil lo sintió como un sólo latido en el corazón. Una vez que el recelo de la vida se identificó como el mismo recelo de la vida misma, cuando Karil se dedicó a ser como fría verdad y como el ocaso inerte cuando se amó en esa habitación entre Karil y Ayet dejando sábanas curtidas por el sol siniestro. Si se enalteció la forma de entrever con el frío entre el gélido y el frío se percibe una silueta entre Karil y Ayet. Cuando en el embate se siente como un suave amor, una pasión indeleble, cuando en el recelo infructuoso sólo cae como el frío altercado. Y sintiendo una luz en el alma de un desastre sólo se cosechó una rosa prendida en el jardín del corazón de Ayet y volvió a ver la luz, la prosperidad y el venidero porvenir, con la ilusión en el tiempo. Cuando en el altercado frío se dedicó a ser fuerte como la misma ilusión en saber que el amor se aterra al desconcierto frío. Y como una sanación o una salvación se dedicó a ser como la ira sosegada, templada, y como una sola verdad en que el corazón se siente en paz y en tranquilidad. Cuando en el trance se siente como un desafío frío, cuando en el embate se siente como desapercibido el tiempo como la única verdad. Y, Karil, amó a Ayet siendo un amor infiel como el desastre de creer en el alma fría. Y se sintió en el alma un sólo dolor con impasible proceder de creer en el único proceder. Cuando en la única situación se debió de dar una fría verdad cuando era sólo una traición, una infidelidad, para poder ser como la imposibilidad de creer que el amor va como luna en el cielo. Si en el ocaso frío de todo un sol se vio como el deseo venidero de crear en el ama con una sola verdad. Si como la verdad en el alma una esencia fructífera y como la fría verdad de que Karil y Ayet se aman con intimidad fría y en el alma una sola luz. Porque cuando en el alma se dedicó en cuerpo y alma fue sólo un amor como nunca, dejando abrir la suerte en el amor. Y en el alma una fuerza en que la luz emana con la sinceridad que caracteriza al amor entre Karil y Ayet. Ayet se aferró en el amor infiel destronando al verdadero amor, cuando en el trance de la verdad se aterró al frío y al desastre de querer en el alma bendita con la luz, cuando en el rico porvenir se sabe que le ofrece amor a tutiplén como un amor en el alma sosegada de creer en el alma fría. Y destronando el frío con el calor abrazando entre dos cuerpos, se sabe que el silencio adormece los labios, el corazón, y a la debilidad de creer en el alma con la luz que emana de la fuerza entre el corazón y el amor infiel. Porque cuando en la luz de esa alma perdida se aman como dos amantes nuevos, sólo el imperio de sus ojos se llenó de ansiedad, delirio, pasión y vehemencia innata, cuando en el tiempo sólo se entregó en el corazón una fría sensación en los ojos de luz cuando en el alma se dedicó en la luz que emana de los dos una luz que desciende hacia el mismo imperio sosegado. Porque cuando en el alma impetuosa, nació la rosa prendida en el jardín del corazón de Ayet cuando en el alma recibió una sola luz en el alma sosegada de templado corazón. Cuando en el alma llena de una luz y en el corazón un sólo latido fuerte entre lo que fue el alma llena de paz, amor pasional, y dentro del paraíso lleno de una sola verdad. Cuando en el amor y la pasión sin medida se enaltece la vida de rico porvenir. Sólo cuando en el alma impetuosa quedó como la eterna luz entre el calor y frío de un sólo amor infiel. Si en el alma de Karil y Ayet quedó desbaratada de un sólo deseo y de una verdad infinita. Si en el alma y la luz de esos ojos, con los cuales, se aferró al destino frío y al camino sin rumbo siendo el frío como un amor infiel desatando en Ayet una sola fuerza inocua, pero, intransigente. Si entre los celos de Karil por la esposa de Ayet, si Ayet la ama aún, y que todavía queda la sinceridad de la falta del amor de la esposa de Karil. Y Ayet quedó como la vil muerte deseando abrir los celos entre ambos temores de creer en el alma una sola verdad. Y Ayet frío, desconsolado, temeroso, y abatido por un amor infiel, que le otorga a Karil después que amó a Karil dejando la desnudez en un sólo amor, pero, infiel. Cuando en el alma sosegada en querer amarrar el deseo y el mal convenio en dar una sola salvación y una sola sanación cuando en el ocaso frío y el deseo de ver el cielo y de sentir en la piel el frío hielo. Cuando en el alma de Karil quedó con la sola verdad, cuando ocurre el desenfreno frío de entrever el alma fría hacia una dirección correcta y hacia un nuevo rumbo, cuando la mirada de Ayet, quedó petrificada en los ojos de Karil, cuando en el alma sosegada se identificó en el aire cuando en el aire se necesita observas a las hojas al viento en otoño para poder amar bajo el nombre del amor infiel, porque en el alma de Karil se perpetró el amor infiel, como en la pureza de la verdad. Cuando en el alma se siente como una luz en el ocaso frío, y el desenlace de tal forma como la pureza de la verdad. Cuando en la verdad de tener una verdad sosegada se obtiene una razón inerte cuando la fuerza de amar encrudece un sólo mal tiempo. Cuando en el alma se siente como el frío se percibe como la fría verdad que es la luz en esa oscura habitación en que se amó con todo el amor infiel. Y desató la fuerza en la luz de los ojos mirando la fuerza en el sólo corazón y con la suerte de creer en el alma con una sola verdad y tan fría como la misma verdad. Cuando en la situación de creer en el alma con una sola sonrisa y con una sola mirada se fue del mundo y del mundo real dejando saber que el destino es frívolo o frígido como el mismo sol en el cielo. Y fue la luna que observó de lejos y desde la ventana en la oscura habitación que el cielo desnudó lo que es el alma con luz de nácar de luz de luna. Y fue Karil que quedó como la idea que desató lo que embarga el sol, y la luz de un nuevo día. Cuando en la fe y la esperanza de creer al fondo en dar una rica salvación, cuando en el alma creó una fuerza en el mismo corazón. Cuando el alma se aferró al cielo y al ver la luz de un nuevo sol, cuando embarga un sólo mal deseo. Y fue el cielo y por una vez el cielo lleno de paz, como la gran inmensidad. Si el deseo y en el invierno frío, como un amor infiel siendo éste como el pecado de mujer, que encierra el desenfreno frío y es el pecado de mujer que encierra el mal imperio. Derritiendo el convenio de un mal intransigente en la espera de creer en el combate por una sola salvación. Cuando en el alma sosegada quedó como el real tiempo y como el imperio de obtener la fuente en el corazón. Y con deseos nuevos interpretando una furia en el alma y en el corazón amando como nunca. Si en el ademán frío se tornó exasperante como lo débil de un sólo tormento. Y en el camino frío y con el pecado de mujer quedó la mujer sin destino y sin un camino frío. Si el frío de una habitación y en plena oscuridad se tornó exasperante e inocuo, como lo más vil de los momentos fríos. Y dejando en el embate una sola certeza por morir con vida, si en el alma y en el embate por una suerte en el corazón sólo terminó como una sola fría verdad. Y en el juego del amor y del instinto se aferró al desenfreno inocuo, cuando en el ocaso frío no se detiene ni el alma. Cuando en el alma se enfría el deterioro efímero del desastre malicioso por un infiel amor, se desnuda la razón perdida y el pecado de mujer sonriendo a la vida. Cuando en el tiempo frío, y desnudo del ocaso frío, se deleitó la vida y más que eso en la sola insistencia en querer amarrar al desierto frío de un sólo convenio frío, cuando se amó con dolor, con pasión, y con amor infiel, destruyendo a la relación extramarital. Y edificando el tormento frío de un sólo mal trance imperfecto de una fortuna que quedó a la deriva y sin valor alguno. Cuando en el tiempo frío se sintió como el deseo frígido como el tiempo más frío y se identificó el tormento más friolero de intervenir en el alma fría de un convenio cuando se cree que el tiempo es letal como la daga fría. Cuando en el alma fría se enfría la tempestad entre los ojos de Karil y Ayet. Y Ayet se conservó en el tiempo una edad como la primavera de creer en el juego. Y Karil comenzó a deliberar un acometido en volver a caer en el deterioro del corazón. Cuando en el trance imperfecto de creer en el instinto sosegado en dar con la verdad. Si en el cielo se edificó el comienzo de un torrente de miradas nuevas. Y Karil se enalteció como un nuevo rumbo deseando ver el cielo de mágico color, pero, sólo era un instinto en que lo mira de cruel tempestad. Cuando en el tiempo sólo edificó el triunfo de esa relación extramarital, dejando una sola cosa el amor infiel y el pecado de mujer como una fuerza en el corazón de obtener y poseer el amor en un sólo corazón. Si fue el fuego clandestino que miró fíjamente a Ayet y Karil desató la euforia destrozando la mirada entre lo que exaspera y lo que conviene. Cuando en el invierno frío desmoronó a todo un sol, que con mágica luz entró por la ventana de esa oscura habitación, desatando la euforia clandestina de todo un amor infiel. Si en el alma de esa habitación oscureció el hambre y más la sed de amar bajo las sábanas curtidas por ese sol siniestro y cálido. Y en el vicio de un tormento se desató la verdadera mujer y con el pecado de mujer, que comenzó y no termina con la euforia inerte destrozando a todo ser amando bajo el mando del amor, pero, tan infiel y desleal como la misma traición. Cuando en el alma de una tormenta, se desató la misma fortaleza de creer en el alma un sólo combate y de la ilusión destrozar la vida y la forma de ver el cielo de tal forma y de tal manera y en poder creer en la manera de vivir. Si Ayet quedó malherido cuando por infiel quedó un sólo corazón atraído por el amor de Karil, sólo y, respectivamente, como un amor infiel, desleal, e inocuo y traicionero como el pecado de mujer quedó Karil, deseando tener otro amor, por el cual, se debate una sola espera inesperada. Cuando en el trance del deseo inerte, como una sola verdad, quedó el frío desmoronó un mal delirio tan delirante y se fue como hoja al viento el amor infiel, dejando inerte al mismo corazón. Cuando Karil quedó como el dolor sin apaciguar, el frío tormento de ver el cielo de una terrible tempestad. Si en el desenlace frío se tornó exasperante e inocuo el dolor intransigente y adolorido como el mismo desastre en creer en el instinto y en una sola salvación o una sola sanación cuando se siente como el dolor inocuo, pero, intransigente, como el mismo sentido frío. Y, Karil, se sintió como el desenlace frío en querer amarrar el alma de una sola vida y de una sola mala existencia, cuando en el amor y en el alma se debate una risa como forma en creer poder ser como el mismo dolor. Si en la plenitud de saber de la única verdad de que el siniestro cálido se aterró al desconcierto frío en una sola insistencia. Y, Karil, se aferró al desconcierto frío de una sola señal efímera como poder ser lo más trascendental de un todo. Cuando en la magia y en la sola soledad corrió en ser como el desastre de creer que Karil quiere conocer a la esposa de Ayet, pero, el pecado de mujer no la deja sobrevivir al mal percance de creer en el cometido. Y, dejando saber que el cuerpo y el alma se debaten en una sola sorpresa como la más real de todos los tiempos. Si Karil se fue de rumbo incierto y se fue de la manera más descarada a conocer a la esposa de Ayet, cuando en el trance de la verdad y se aferró Ayet al amor de Karil cuando no quiso realmente ser la amante con un amor infiel, que sólo le otorga Ayet cuando en el solo instinto fuerte desnuda el desenlace fatal de una ira sobre el alma en querer amar lo infiel. Y, Ayet se aterró al frío, y al álgido porvenir que encierra al deseo y la misma fortaleza de creer en el alma dejando todo por vivir en infiel deseo. Cuando en el alma desmorona el cálido desenlace fatal de una ira trascendental efímera de creer en el temor vivido con una conmísera atracción en una sola voluntad. Cuando en el alma se vio como el convenio frío en una sola mala atracción de creer en el cometido de caer en bruces caídas. Cuando en el intercambio de amores indecorosos se debate una sola mala supervivencia en el mal convenio de una sola mala plenitud. Cuando sólo en el desconcierto frío se sintió como el desafío y de un solo mal desenlace de creer en el alma devastando la ira. Si en el alma de Ayet vive como se siente el cometa de luz y sólo Karil desea conocer como una amistad a la esposa de Ayet. Si el mal desenlace de una sola risa como la espera de la eterna felicidad en el instante de creer en el alma buscando una manera al creer en el trance imperfecto de un mal momento cuando el instante se cuece de ternura y más en envenenar una verdad en que sólo se conoce la mirada sobre el rencor y el odio de Ayet por gritar en ser libre como el mismo viento. Cuando el ocaso frío se percibe sólo un mal percance en una sola salvación de mirar al cielo y mirar la mirada de Ayet como cuando se conocen en la cafetería matutina de la esquina, fue como desmoronar el ocaso frío de todo un sol desértico. Si en el instante de una supervivencia autónoma en el solo destino frío se vio como la fuerza intrascendente de creer en el alma como mirar las fuerzas por voluntad propia. Y en el delirio delirante se cuece el mundo real hacia un mundo casi inocuo, pero, tan verdadero como la misma verdad. Porque cuando el alma se dedicó en fuerte atracción el trance de la verdad se enfrió con el cometido en bruces caídas por creer que la ira sobrepasa el frío desconcierto en amar a la verdad. Y, todo porque Karil quiere y desea la amistad de la esposa de Ayet, porque el pecado de mujer quedó como el venidero trance de la fría verdad cuando en el alma se fue como el delirio frío si se mira el deseo de entrever al frío con la única verdad en querer que el pecado de mujer encierra el deseo de envenenar el alma de Ayet si en el delirio frío se convierte en trance la única sola verdad de que el alma de Ayet tenía sobre Ayet todo el pecado de mujer de Karil. Cuando el trance de la verdad efímera como lo más real quedó como el mismo dolor, como el amor infiel, como el deseo fuerte de creer en el amor desleal, traicionero, pero, muy eficaz cuando Ayet conoce a Karil en la cafetería matutina de la esquina, por pedir un solo café. Cuando en el trance perfecto quedó como la verdad y sin faltar en el cometido en bruces caídas, cuando en el imperio sosegado, quedó como faltó el dolor de un amor infiel. Si el alma de Ayet se sintió como la misma fuerza en el mismo corazón, porque en el alma de creer en una forma de ver el cielo, se dedicó en la manera de dar una fortaleza como el amor infiel, desleal, inseguro y traicionero. Cuando en el aire de una sola soledad quedó como la frialdad o el álgido invierno o como la nieve que cae en éste frío equinoccio. Y, fue como el deseo de ser la mejor amiga de la esposa de Ayet, pero, quedó en un sólo mal herido desenlace fatal. Cuando en la calma quedó como el mal sosiego de creer en el desenlace fatal cuando ocurrió un final desastroso. Si Karil se debate en el alma dejando un espurio deseo entre la verdad y la frialdad de creer en el alma sosegada de Ayet. Porque cuando en el instinto sosegado en querer amarrar el deseo y en querer la amistad de la esposa de Ayet se sintió como el desafío inerte y tan frívolo y tan frígido como el mismo sol. Cuando el alma de Ayet, se aferró al deseo y a la manera de creer en el desenlace fatal de una sola verdad cuando quedó como el insistente corazón amando con deseos por amar a Karil. Si Karil atrae la verdad de que, sí, es la amiga de la esposa de Ayet, cuando arde el fuego del amor y como el mismo instante se cuece el delirio delirante de creer en el amor de Ayet y es el pecado de mujer, que encierra todo, desde el cometido hasta en caer en bruces caídas hacia el mismo suelo por donde se siente el desenfreno de amar con pasión, con vehemencia inerte e inmóvil deseo. Cuando en el anhelo como el deseo fuerte de creer que Karil es la amiga de la esposa de Ayet, se edificó el tormento cuando quedó como buena gente ante la gente y ante Ayet y más ante la esposa de Ayet. Y Karil edificando su tormento en destruir una familia con esposa e hijos, se enalteció la forma más leal, y más desleal, como el mismo corazón de entrever el deseo traicionero en edificar lo más real. Cuando en el recelo de la vida quiso sentir el silencio de Ayet, cuando la ve junto a su esposa e hijos conociendo la vida matrimonial de Ayet. Cuando quedó mortífero de un espanto leal, pero, muy traicionero con ésa mujer llamada Karil. Si en el deseo y en la vida se enalteció de un espanto seguro, desleal y muy mortífero ocurriendo el desenfreno fatal de un final y sin ningún momento feliz. Y se fue Karil del hogar donde reside Ayet y se tomó un café en la cafetería matutina de la esquina, cuando las miradas coinciden tanto de Ayet y Karil, y se conocen desde entonces desnudando el cometido en creer en el amor a toda costa con las miradas que acechan con la única verdad de creer en el embate de dar una conmísera atracción entre dos cuerpo y una mirada adyacente en contraposición de dos corazones que se unen para amar. Cuando en el cielo arden la mirada y el desenfreno de amarse queda en el solo mal tiempo, cuando ocurre el desenlace fatal del pecado de mujer, con la mujer que encierra el deseo y más las fortalezas de amar. Y, tanto Karil y Ayet, se aferró sus deseos al ocaso y al frío desconcierto en querer amarrar el desenfreno frío de sus miradas, cuando ocurre la fatalidad de un final. Y luego de que se conocen se aman en la oscura habitación con un amor infiel, desleal y muy traicionero y Karil quedó con el pecado de mujer, amando a un hombre casado, y con el dolor en el costado se miraron fíjamente y se amaron como nunca destrozando el cometido en bruces caídas y mirando a sus propios ojos se aman con vehemencia, con pasión, pero, con un amor infiel. Y se aman tanto Karil y Ayet bajo las sábanas curtidas del sol siniestro en esa oscura habitación donde se cuece el mismo sol y se ama con subrepticio dolor de un sólo amor infiel. Y Karil con el pecado de mujer queda complacida, y tan extenuada por haber amado con vehemencia carnal y con pasión desnuda al amor infiel, desleal y traicionero de Ayet.

FIN

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez

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