El destino o la coincidencia
Sea cual sea, fui hechizado una noche fría de juerga al ritmo de la música fui dichoso de ser observado por unos ojos brillantes
Dichos ojos guardaban un fuego ardiente que aviva cualquier débil llama y llena de calor cualquier fría alma
La dicha o el destino me concedió mirar de cerca esos ojos que ahora resaltaban más al ser rodeados de hechizantes rizos que humillaban a cualquier corriente de un hermoso rio o las olas del más fiero mar, más suave que un campo de algodón y el más dulce olor que te hace suspirar teniéndolo cerca del corazón deslumbrante con los primeros rayos del sol
Una belleza tan natural tan pura que es inevitable ser adicto a volver contemplar lo vale cualquier hora cualquier momento por qué sin contemplar esa belleza el tiempo es más lento, más lento y más cruel los minutos las horas los días para mí lo son por qué estar el tan solo cerca de ella lo anhela mi corazón .