Raiza N. Jiménez E.

Una Sulamita.-

En esas tierras cálidas de Lagunillas.

Dicen los caminantes, hay un Señor.

Que con su verbo las Damas humilla,

Más aún, a las doncellas y su candor.

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Anduvo regalando flores de rodilla.

No entendió,qué era eso, del pudor.

Él se pasea orondo con su mezclilla

y Ellas intentan ocultarles su rubor.

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Más, ahora, acendra ese raro anhelo

de raptarse a la más bella damisela,

para llevársela a vivir en su casucha.

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Porfiado para amarla plantó un duelo,

Así mismo, un largo traje de bella tela,

con un fajo de plata y ésta era mucha.