En el mapa de los encuentros, en una esquina sin señalar,
Un destello incipiente nos guía, como estrella por desvelar.
Cada mirada es un verso, un poema aún por escribir,
Un enigma envuelto en sonrisas, una melodía por descubrir.
Navego por el mar de tus ojos, con la brisa de la curiosidad,
Siguiendo las luces tenues de tu ser, bajo el cielo de la complicidad.
Un pergamino de sentimientos, trazado con tinta de emoción,
Despliega ante mí, invitando a una nueva canción.
El presente es un baile, un vals de risas y charlas,
Donde cada paso es un recuerdo, y cada giro, hilos de escarlatas.
Tus palabras son puentes, que invitan a cruzar,
Hacia territorios desconocidos, mundos por explorar.
El momento es un lienzo, fresco y esperando el pincel,
Nos invita a pintar historias, a escribir un carrousel.
Y así, en este instante mágico, las almas comienzan a danzar,
Perdiéndose en el ritmo, dejándose llevar.
El deseo de conocerte, de adentrarme en tu universo,
Se convierte en una aventura, en un amor inmerso.
Cada encuentro nos acerca, a ese sentimiento profundo,
En la danza de dos almas, encontramos un amor sin fin en el mundo.