A Fidel
Fallaste muchas veces, perdiste/perdimos.
Dormidas en tu luz algunas sombras acechan.
Tus pies no recorrieron todos los caminos,
tus manos no abrazaron puntuales cada fecha.
El tiempo me enseñó que no eres tan invicto
como quisimos despedir el brillo de tu mecha.
Pero ni en tus derrotas pensamos en rendirnos,
ni en tus victorias gritamos: «ya está hecha».
No necesito mirar para saber si está nublado
o hay tempestad. Mantenme siempre a tu lado
que solo quiero vivir arriesgando la sombra.
No podemos adorarte, abajo los nombres.
Ordenaste conquistar, de una vez, el hombre,
aunque cada rincón se revela y te nombra.