SERENA Erika

Recordar

Los recuerdos nos desvelan,  nos persiguen y nos tallan,  hacen nido en la mente y revolotean en el alma. 
Los recuerdos  nos abren la garganta a ese mundo introspectivo que tantas veces  calla. 
Hablan sin decir una palabra,  algo brilla en nuestra esencia y nuestros ojos se humedecen al recordarlos  con una tímida lágrima o una leve curva en la comisura de los labios se agranda. 

Hay recuerdos impregnados en la piel  que al rozarlos supuran dicha,  satisfacción y a veces rabia. 
Hay recuerdos llenos de aire puro,   de   vida y otros que te asfixian las entrañas.
De recuerdos estamos hechos de pensamientos y de palabras alzadas y de muchas que callan. 

Han forjado nuestras risas, y han sido quebranto de muchas  lágrimas.,  y  aunque  brote impotencia de ciertas nostalgias  que se han ido sin un adiós  sin un resquicio  de esperanza!.. siguen  quedando sonidos etéreos y algunos  eternos     por los días   compartidos  por las noches cuando  el amor  nos abraza.  

De cualquiera de las formas que los recuerdos emanan ., con dicha, pena,  risa o lágrimas  somos dueños de ellos y con ellos adquirimos enseñanza. 

Recordar es regocijo y calma también furia y rabia... Pero el tiempo con su implacable danza los pone en su  lugar les brinda una morada.

Y el perdón llega nos libera de su carga.
Descansa.
Yace en el alma.