Una como ninguna,
auténtica mujer,
enriqueces mi ser
eres mi gran fortuna;
mi fuente de ternura,
la fuerza de mi piel,
lo dulce de tu miel
motiva mi locura;
eres sabiduría,
nobleza y dignidad,
la luz del nuevo día
mi rosa de cristal:
has llegado a mi vida
como un don celestial...