Patricia Aznar Laffont

No saben nada!

En el Embrujo Eterno

que se Divisa en Aquel Ocaso que no Fue,

Escucho el Sollozar del Despertar

que como la Brisa del Alba

se da a la Fuga...

 

Relámpagos Hieren la Abrupta Luz

en mis Ojos Cegados...

 

Es el Deambular de Diabólicos Ángeles

que me Ahogan entre Brisas Ajenas que Arden,

Pulverizan,

Aterran,

Siniestras, tiemblan...

 

Lejos Ya de los Amaneceres Y Tormentas,

Mi Sombra Busca Arrepentida

las Nupcias Postergadas

desde la Celda de Barrotes de Hierros 

Enmohecidos por el Tiempo

en donde Ya muere

de Desamor Enloquecido,

en un Muelle de Maderos Carmesí

la Barca de mi Propia Sangre

y de este, mi Ser que ya se Aleja

Casi Sin Verbos, sin Más Desatinos,

Sin Versos Mutilados, 

Enclavados Sólo en mi Alma

que ya Secas mis Lágrimas,

No llora...

 

( Mientras el No Mundo Platica

En Mudas Palabras

esas Noches Furtivas,

Sin Amaneceres ni Mañanas,

Con los dioses ya Antiguos y Olvidados,

que de Emociones Truncas,

No saben Nada!)...

 

(Patricia)