En el Embrujo Eterno
que se Divisa en Aquel Ocaso que no Fue,
Escucho el Sollozar del Despertar
que como la Brisa del Alba
se da a la Fuga...
Relámpagos Hieren la Abrupta Luz
en mis Ojos Cegados...
Es el Deambular de Diabólicos Ángeles
que me Ahogan entre Brisas Ajenas que Arden,
Pulverizan,
Aterran,
Siniestras, tiemblan...
Lejos Ya de los Amaneceres Y Tormentas,
Mi Sombra Busca Arrepentida
las Nupcias Postergadas
desde la Celda de Barrotes de Hierros
Enmohecidos por el Tiempo
en donde Ya muere
de Desamor Enloquecido,
en un Muelle de Maderos Carmesí
la Barca de mi Propia Sangre
y de este, mi Ser que ya se Aleja
Casi Sin Verbos, sin Más Desatinos,
Sin Versos Mutilados,
Enclavados Sólo en mi Alma
que ya Secas mis Lágrimas,
No llora...
( Mientras el No Mundo Platica
En Mudas Palabras
esas Noches Furtivas,
Sin Amaneceres ni Mañanas,
Con los dioses ya Antiguos y Olvidados,
que de Emociones Truncas,
No saben Nada!)...
(Patricia)