Alexandra Quintanilla

Sábado 12

No estoy bien
Y trato de evadir lo que lo está.
Y si te dicen lo contrario, mienten
Uno nunca es lo que se supone que aparenta.
Reír en calles dormidas no es lo mismo que reír al viento viendo tu sonrisa.

Y hoy estoy sola
Y todo se concluye en eso.
Las horas de prisa se han terminado
y las horas pausadas comienzan a hacer el espantoso tic tac de mi conciencia intranquila.

El humo en la cara me hace pensar en cosas aleatorias
como el que a la poeta la he dejado dormida cuando me levanto por las mañanas,
o como cuando monótonamente el desayuno me parece un tedio que se encapsula en un dejavú absurdista.
Y ahora de la nada se me viene el hecho idiota de que nosotros nunca desayunamos juntos.
O como nunca estuve cuerda y te mostre las partes quietas de mi parte representativa que podría jurar que te enamorarían.
Te juro que sé bien que era más que tacto, olfato y miradas inquietas y coquetas.
Pero el final es que no hubo muchas cosas con vos y conmigo.
Como hablar de cosas sin sentido, pero qué significarán mucho.
Tal vez todo solo sea cosa mía y la ilustre imaginación y tiempo que me sobra para ponerme a pensar en cursilerías cuando al fin el quehacer claudica y me dice - Hasta el otro día.
Y no sé si esto sea lo mejor o lo más triste de esta historia inconclusa.
Lo único que he entendido últimamente es que algo adentro está inanimado.
Lo único claro que he tenido últimamente es que por mucho tiempo no tuve algo claramente.