En el lienzo de las letras, en el abismo de tinta,
las palabras danzan, en su dicotomía distinta.
Verdades y mentiras entrelazadas, en un juego sutil,
tejiendo realidades, en un acto tan fértil.
Las letras, pinceladas de una realidad ilusoria,
trazan destinos, crean mundos, con poderes de euforia.
Mas, ¿qué son sino signos, trazos en el viento,
que moldean emociones, llevando al pensamiento?
Dicotomía en susurros, verdad y engaño en verso,
las palabras son armas, construyen y dispersan el universo.
Construyen puentes de entendimiento, o muros de confusión,
cifran enigmas profundos, o narran la más simple ocasión.
La voz del poeta, como alquimista de significados,
transforma lo aparente, en matices matizados.
Las palabras al unísono, crean realidades múltiples,
desde lo cotidiano hasta lo más incomprensible.
Un \"sí\" puede ser un \"no\", y un \"amor\" una prisión,
la dicotomía de las palabras es un juego de traición.
Pues aquello que decimos, no siempre es lo que sentimos,
y en cada verso y prosa, yace un mundo de abismos.
Así, en el mar de letras, en el baile de las frases,
la verdad y la mentira, como hermanas se entrelazan.
Y el poeta, como fabulista del lenguaje,
navega entre las dualidades, en un perpetuo viaje.
Por tanto, al leer estas líneas que aquí he tejido,
recuerda que la dicotomía de las palabras es un río.
Fluye entre conceptos, y en su corriente te sumerge,
así el poema realista la complejidad del lenguaje alberga.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
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