Lea Nieves Torres

Prohibido

Lo trajeron en un ataúd, apropiado para su 1.80 m. de estatura, envuelto en la Bandera Nacional y escoltado por la Guardia de Honor de las Fuerzas Militares, con la estricta prohibición de no abrirlo. Doce soldados hicieron guardia contínua en la sala para hacer cumplir la orden. En la sala lloraban su mamá y sus cinco hermanas, pero no su padre y sus tres hermanos.

Ya en el campo Santo, llegada la hora del entierro, la madre, fuera de sí, como si flotara en el espacio, atravesó el cerco militar, quitó la bandera y destapó el féretro. Su angustioso grito estremeció el entorno, al ver el brillo de tres piedras enormes dentro.