Siempre en cada ocaso
Las sabias palabras de mi tío
Eran como historias para mí
Historias inventadas, historias fuera de mi realidad
Hasta grande logré entender que aquellas historias
Eran advertencias sobre el mundo
Que esperaba por mí
Esas historias que me contaba
Siempre hablan de una rosa
La más hermosa de las rosas
Sus advertencias eran que dejara la rosa quieta
Que nunca me atreviera a cortarla
Que siendo una simple rosa
Se convertirá en una pesadilla
Al conocer la rosa, no vi el peligro
Sus pétalos no tenían errores
Sus tallos estaban libres de espinas
Tan delicada, tan hermosa
En ese momento no lo entendí
Pero la mayor maldad se disfraza de bondad.
Encerrado entre pinturas viejas
llenas de un mal recuerdo
Inmóvil y débil por esa sabia,
sabía tan dulce como el ácido,
ácido que empieza a dejar de serlo
cuando lo empiezas a transformar
tratando que un día deje de quemar
De una pequeña llama nunca se obtienen cenizas
Solo se necesita un fósforo
Para que nunca acabe
para que no se detenga
El fuego eterno
Antes que empiece el incendio
Antes que se quemen los recuerdos
Debo salvar lo único que tengo
Si no lo salvo, si no lo cuido
Lo único que quedara de mí
Será él olvidó
Ya llego el jardinero
Se irá el tiempo
Intentando matar la peste
Quita ya sus raíces
Quita el mal recuerdo
Antes que la sabia llegue a mi centro
Ya perdí la mitad de mi corazón en el camino
cierra el libro, cierra el capítulo
antes que se convierta en tragedia
las heridas del pasado
los llantos del presente
lo incierto del futuro
es el destino a este corazón
Pétalo por pétalo cayó
vi como algo que florecía rápidamente
Marchito en un instante
sus gritos silenciosos de dolor
la tranquilidad de mi corazón
las lágrimas que cayeron de los dos
fue mi señal de liberación
Corriendo hacia un nuevo sendero
Descubrí que la sabia
ya había llegado a mi centro
Caí sobre las amapolas
olor dulce y suave
atrapado entre ellas
rogando tiempo, rogando oportunidades
Ahora entre llantos y lamentos
las cadenas se hicieron más largas
Entendí que tenía las mismas cadenas
que alguna vez tuvo mi tío
no se podrán quitar
solo se volverán más fuertes
nunca terminarán
Solo a mí trajeron
un ramo de rosas naranjas
Tan elegantes, tan amenas
Corte sus cabezas y las queme
En el fuego eterno, así nunca más
El pétalo de una rosa
Me volvería a rosar…