Entre caminos de notas de luz y destellos de inmensidad, se encuentra un soneto infinito
En dónde recita el recuerdo con el presente de tu lejana verdad en una galaxia inhóspita,
Repleto de anocheceres rojos y besos que incitan a la locura, de compartir la vida en un vacío lleno de momentos sin amargura,
En tus 7 puntos de energía, existen 4 compatibles con mi euforia, que al tocarte, destilo tu ser como la enologia.
Entablamos conversaciones ficticias dónde tú y yo jamás coincidimos y no existe ningún momento perplejo en nuestro templo,
2 reyes que danzan entre el tiempo, existiendo entre lo cuántico y lo estático,
Rey con ojos de dragón moribundo que yace herido por la daga del destino,
Hace y deshace lo que el mismo ha elegido.
Reina calcinada por su amor errático, fénix regresada a la vida por su fuego pragmatico.
Cura lo que ama y mata lo que la daña.
Cruzan el portal prismático donde vivieron universos alternos de locura,
Con sus sentidos adormecidos por la anestesia de su aura,
Coinciden con su mirada, entre las dunas del espejismo somático
Alma bífida que los une, aunque el otro se resista, sentimiento arcaico que incita que jamás se pierdan de vista.
Pues por ellos se crearon los primeros compañeros de la vida misma
Sol y luna,
ying y yang,
luz y oscuridad,
Recita los versos de la antigua Lemuria, Habla con los muertos de tu vida pasada, recuérdame.. ¿porque tú y yo existimos separados?
Te busque entre mil mundos, en unos fuimos llamados profetas y en otros paganos,
Esta sería nuestra última vida juntos, conoces el dialecto que destruye la lejanía,
Conoces los sutras que invoca mi ser, conoces el dolor y también el placer,
Toma mi mano y hagamos al miedo perecer, abrazame y veamos otro nuevo atardecer.