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**~Novela Corta - Méndigo por un Amor - Parte I~**

Un hombre que es un méndigo por un amor quedó solo y abandonado en las calles de la soledad cuando no peleó al amor de su vida, si ella se casó con otro hombre y en el altar. La historia de éste amor quedó así. Un hombre rico que apenas comenzó su destino y su camino forjando en el empresarismo, sólo fue un hombre pudiente y muy prudente, vanidoso y muy elegante. Sólo amó a una sola mujer en su corta existencia, y fue la flor de su corazón y la rosa prendida en su alma. Esa rosa quedó amando a otro amor, y ese amor floreció como el mismo tormento y como el cielo inalcanzable fue adquiriendo poder y más amor hasta que se casó ésta mujer en la iglesia del pueblo, pero, con otro hombre. Éste hombre rico, con poder y con ilusión, se fue del mundo hacia una nueva existencia, cuando siente que su alma vuela fuera de su cuerpo cuando su amor se casa con otro. La joven que se casa con otro hombre, forja el amor en un ambiente de amor y lleno de pasión vehemente. Cuando ésta mujer en el trance de la verdad quiso amar y sí que amó con recelos de la vida y de la existencia autónoma. Cuando ésta mujer sólo enredó al amor de un méndigo sólo por amor. Y lo engatusó hasta hacer de él un alto empresario dejando una gran fortuna siendo éste muy rico. Y la mujer que lo ayudó en principio ahora lo deja así porque sí. Cuando ésta mujer se enamora de otro hombre, con el cual, formaliza su relación y le da el sí en santo matrimonio. Y éste hombre pudiente, rico y con una magnificencia autónoma se da al alcohol y luego mendiga por las calles por el amor de ésa mujer que lo enloqueció y lo dejó huérfano y desertor en el amor. Cuando en el trance de la fría verdad, enloqueció tanto y por tanto a éste hombre que sólo lo dejó mendigando el puro amor y con un sólo desastre frívolo y tan frígido como el mismo tormento. Cuando en el trance de la verdad, se vio friolento y tan álgido como la misma riqueza que tiene éste hombre para poder vivir y poder rescatar el verdadero amor. Porque a la verdad que en el instinto de la floja certeza se vio atraído por los vicios y por el mal hábito en querer ser alcoholizado con el alcohol, y por supuesto olvidar sus penas. Y enredando el frío entre su piel y sus venas quedó éste hombre atosigando la espera inesperada de que el amor regrese a su corazón, pero, él nunca se imaginó que ella y siendo una mujer está formalizando su relación con otro hombre. El méndigo de un amor sólo atrajo a su mal vivir en ser un vagabundo del amor y que nunca le correspondió porque en el trance de la verdad figuró ese amor de esos en que sólo el mal y la oscura sensación de creer en el amor quedó todo en un sólo mal desamor. El méndigo de amor sólo irrumpió en una sola cosa, y fue el mal deseo de creer en el alma buscando una sola ansiedad y era el verdadero amor de ésa mujer que amó con todo el corazón. Cuando en la alborada de aquella noche y con la resaca de esa noche, le dolió hasta el alma a ése méndigo por un amor como el de la mujer que amó. Cuando en el alma se tornó exasperante e inocuo como la misma verdad, pero, tan intransigente como la misma impoluta verdad. Y tan funesto fue el instante en que se tornó desesperadamente intrascendente cuando en el alma de éste méndigo de un amor quedó como el mismo tormento o como la misma tempestad. Y la verdad es que el deseo de amar vehementemente quedó sin ilusión, devastado y con mísera mala atracción. Y tan irreal fue el dolor, que dentro del dolor quedó fuertemente adherido como imán destrozando un sólo porqué desnudo en su solo corazón. Sí, extremadamente quedó el méndigo de un amor fuertemente malherido, y tan irreal, y tan descendiente que, por el cual, amó afortunadamente con el amor a cuestas de la verdad. Y se fue el méndigo de un amor en el trance de la verdad cuando en el embate de la realidad se amó con fortuna y con ilusión, deseando que el amor fuera tan real como la pura verdad. Y quedó como el frío desenlace y en el embate de una sola ansiedad, pero, sin edificar el tormento de un sólo mal estrés en su frío camino. El méndigo de un amor sólo quiso en su vivir ser un vagabundo del amor y que nunca le hayan amado, porque a la verdad que amó a un amor de esos en que sólo el mal y la oscura mente desea creer que el amor quedó todo en un sólo mal amor. El méndigo de un amor sólo en el anhelo en querer amar a una sola mujer, se fue el mal deseo de creer en su mente buscando una sola verdad y era el verdadero amor de ésta mujer que amó con el solo corazón. Cuando en otra mañana de una noche clandestina y con resaca de esa noche, otra vez, le dolió hasta el alma a ése méndigo de un amor amar a una mujer como a ésa sola mujer que le ayudó a formalizar sus negocios y a enriquecer su vida y a su economía. Cuando el alma de éste méndigo de un amor quedó exasperante y con la fría verdad como la misma verdad, pero, tan funesto como la misma impoluta verdad. Y tan triste fue el instante en que se vio desesperadamente incandescente de una luz opaca, cuando en el alma de éste méndigo de un amor quedó como el mismo tormento o como la misma tempestad. Y la fría verdad en que el deseo de amar con locura quedó sin ilusión, desmoronado y con un dolor pasional en el alma. Cuando a ésta mujer la verdad quiso amar y entregar toda la razón, y sí, que la amó con la vida y de la existencia deseosa, cuando ésta mujer sólo entregó su sabiduría y el amor a un méndigo sólo por amor. Y lo atrapó hasta hacer de él un alto empresario en la espera de que ésa mujer le correspondiera con esa gran fortuna siendo éste muy rico. Y la mujer que lo ayudó desde el comienzo ahora le oprime la vida dejando a su amor, como así nada más. Cuando ésa mujer se enamoró de otro hombre, por el cual, formalizó una sólida relación y le dio el sí en santo enlace nupcial. Y éste hombre rico e insolvente en su economía sólo se da al alcohol mendigando por las calles por el amor de ésa mujer que con tortura lo enamoró y lo dejó huérfano siendo un sólo desertor en el amor. Si en el trance de la álgida verdad, con locura y tanto y por tanto éste hombre en que sólo lo dejó mendigando con el amor pasional y con un sólo desastre frígido y tan friolero como la cruel tempestad. Si en el trance de la verdad, se vio gélido y tan inconsciente  como la misma riqueza que tiene éste hombre para sobrevivir y revelar el verdadero amor a ésta mujer que lo dejó por otro hombre y con otro amor. Porque a la verdad que en la suave amargura y de la hiel en su boca por la floja certeza atrajo por el mal vicio y por el mal hábito en el alcohol, y por supuesto olvidar sus penas ya heridas con el alcohol. Y siendo un hombre méndigo de un amor en que quedó solo y tan abandonado en las calles y tan solitario que no peleó por el amor de su vida, cuando ella se casó con otro hombre. Y la historia de ese amor quedó para siempre así. Y como hombre rico que su destino y su camino forjando en el empresarismo, sólo fue un hombre muy vanidoso y muy elegante. Sólo amó a una sola mujer en su corto vivir, y fue la rosa dentro de su corazón y la bella rosa en su alma. Esa rosa quedó amando a otro hombre, y ese amor sin amar quedó como la misma mala tempestad y como el cielo y sin poder alcanzar y fue adquiriendo más certezas y más amor hasta que une su vida en la iglesia del pueblo. Si éste hombre rico se fue del mundo hacia una nueva existencia, cuando sintió que su alma está extrayendo en su cuerpo un amor que se casa con otro. Ésta mujer se casa con otro hombre y forza del amor en una pasión lleno de amor y llena de pasión con tortura. Cuando ésta mujer a la fría verdad quiso amar y sí que amó con los celos de la vida y de la existencia amando con un sólo amor en el corazón. Si ésta mujer sólo enredó al amor de un méndigo por un amor que no halló jamás. Y lo enredó hasta hacer de él un empresario dejando sólo la gran fortuna siendo éste muy pudiente. Y siendo así, que el amor de un rico y pudiente hombre en que sólo quiso amar a la mujer que lo ayudó en ser sólo un hombre de negocios y lo dejó combatir a la verdad de la vida, cuando sólo la dejó de amar solventando un sólo amor en la riqueza de un amor total. Y el alma de éste hombre quedó como un ambiente impuro y deseando un funesto, pero, mal instante. Cuando en el aire de su cuerpo exhaló la fuerza en amar y, por ende, en el deseo de entrever al destino frío y mal adecuado en creer en que el alma crece como la espuma dando énfasis al destino frío. Y tan triste y doloroso fue el momento en que se tornó indecoroso cuando en el alma de éste méndigo de un amor quedó como la misma osadía o como la misma tempestad. Y la verdad es que el deseo de amar con locura y con tormento quedó en desilusión, desvanecido y con una peor mirada hacia el mismo futuro. Y tan irreal fue el amor, que dentro del dolor quedó como un imán desmoronando a un sólo porqué desnudo y en su solo corazón. Si quedó el méndigo de un amor dolorido y malherido, y tan desvanecido, y tan incandescente, en lo cual, amó con poder y con el amor a cuestas de la fría verdad. Y se adhirió el méndigo de un amor a la álgida verdad cuando el embate se amó con fortuna y con ilusión, y amando como una pureza de la insistente impoluta verdad. Cuando en la alborada de otra resaca le dolió hasta el alma a ése méndigo por un amor como el de la mujer que amó. Si en el alma se tornó exasperante como la misma fría verdad, pero, tan dolorida como la fría verdad. Y tan irreal fue el momento en que éste hombre méndigo del amor amó desesperadamente y con locura a una sola mujer si en el alma de éste méndigo quedó como el mismo lamento o como la misma frialdad. Y en la verdad que el deseo de amar con ilusión quedó sin ilusión, inhibido y con una mala desilución. Y tan real fue el dolor, que dentro de su vida quedó atrapado como imán desmoronando a un sólo porqué y tan irreal en su solo corazón. Si quedó el méndigo de un amor dolorido y herido, y tan real, y tan exasperante, en el cual, amó con fortuna y con el amor sin la pura verdad. Y se fue el méndigo de un amor en el embate de la realidad cuando amó con dolor y con una fría desilusión, deseando atrapar al amor fuera una realidad como la pureza de la verdad. Y quedó como el frío descendente y con lo indeleble de una sola ansiedad edificó la tortura de un sólo mal estrés en su frío camino. El méndigo de un amor quiso en querer desamar a su malvivir en ser un vagabundo y nada más, pero, de un sólo amor y que nunca había amado porque a la verdad que amó a un amor de esos en que sin maldad y con las venas con alcohol deseó creer en el amor a toda costa, quedando todo en un sólo mal amor. El méndigo de un amor sólo en el deseo en querer amar a una sola mujer, se fue de un mal querer y en creer en su mente buscando una sola verdad y era el verdadero amor de ésta mujer que amó con el solo corazón. Si en otra mañana después de una noche llena de alcohol y con la resaca de esa noche, otra vez, le dolió el corazón a ése pobre hombre mendigando a un sólo amor para amar a una sola mujer como ésa sola mujer que le ayudó a formalizar sus negocios y en ser un hombre rico y pudiente. Cuando la mujer que amó el hombre méndigo y con la fría verdad quiso amar a ésta mujer y sí que la amó con los ojos cerrados en la vida y en la poca existencia amando con un sólo amor en el corazón. Si ésta mujer desató la euforia al amor de un méndigo y por un amor que no encontró nunca. Y atrapó a éste hombre hasta hacer de él un buen y alto empresario dejando inerte la gran fortuna siendo éste un hombre muy rico. Y, siendo así, que el amor de un hombre en que sólo quiso amar a la mujer de su vida y que lo ayudó en ser sólo un hombre de negocios combatió en la pura verdad de la vida, cuando sólo la amó solventando un sólo amor en la riqueza de un amor real. Y el alma de éste hombre fue como un impuro e indeseado y un funesto, pero, mal momento en el firmamento. Cuando en el aire y por volar lejos del cielo inhaló la fortaleza en volver amar y en el deseo de entrever al destino gélido y mal insistente  en creer en que el alma cree en ser como la espuma del mar flotando en la orilla de ese mar impetuoso y dando la insistencia al destino frío. Y funesto y delirante y malherido fue el momento en que se tornó desvanecido cuando el alma de éste méndigo por un amor quedó a la deriva como la misma algarabía o como la misma felicidad, pero, a la verdad es que el deseo de amar con tortura y con tempestad quedó en desilusión, malherido y con la peor mirada hacia el mismo porvenir incierto. Y real fue el amor de éste méndigo por ese amor que dentro del dolor quedó como un imán destruyendo a un sólo porqué sin sentido y más en su solo corazón. Si el méndigo por un amor quedó en soledad, solitario y entre la oscuridad de las calles, en lo cual, amó con poder y con el amor a cuestas de la fría verdad a ésa mujer. Y se adhirió el corazón de un sólo méndigo por un amor a la gélida verdad cuando amó con furia, pero, con desilusión. Cuando en la alborada de otra resaca le dolió el corazón y si era la quinta reseca que tomó con alcohol y embriagando con alcohol a sus venas por el amor de ésa mujer que no le correspondió jamás a ése méndigo por el amor como el de la mujer que amó. Si el alma fue desesperada como la misma fría certeza, pero, tan dolorida como la frialdad y tan real fue el momento en que éste hombre méndigo del amor amó inocuamente y con misma locura a una sola mujer, pero, en el alma de éste méndigo quedó como el mismo mal momento. Y a la verdad que el deseo de amar fue con desilusión y quedó sin ilusión, malherido y con una mala y peor quinta reseca. Cuando la verdad que el méndigo por un amor caminó callejón abajo, y senda abajo buscando del amor un sólo amor, pero, en el altercado frío en querer amar a ésa mujer entristeció por todo y por tanto. Si la fuerza de voluntad de éste méndigo por un amor, formó la decadencia de un amor bajo la tutela del amor de éste hombre y sin ser correspondido. Y llegó calle abajo y miró al sol después de la sexta resaca en la semana, su estómago estaba con acidez por tanto haber tomado alcohol, pero, aún recordando a su eterno amor y en una sola desolación inerte. Porque cuando en el sólo instinto de éste hombre méndigo en salvaguardar la idea efímera se dedicó a ser como la fría verdad queriendo amarrar a la vida al frío desconcierto en poder amar bajo el nombre del amor. Cuando el alma y más con el amor en cada recelo de la vida, se tornó exasperante e inocua de la fría verdad. Cuando en el alma de éste méndigo por un amor, irrumpe el destino de éste afortunado hombre con tan sólo un frío en el cuerpo y más como un ser alcohólico se destruye su camino. La mujer que amó lo dejó solo y solitario y amando a otro hombre. Cuando el méndigo por un amor quedó solo y solitario y supo que la mujer que ama se casa con otro cuando se le fue el cielo abajo. Y más huyó el méndigo por un amor hacia la calle y callando bajo el nombre del dolor. Y callando en silencio quedó el méndigo de un amor como todo el dolor a cuestas de la razón perdida.  





Continuará………………………………………………………………………………………………            

 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez

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