desololectura

Inesperado

Suave menta tu color. 
Tu saludo: delicioso olor. 
Y yo, un disparate.
¡Qué transformación!
No sé si tú... 
No sé si yo...
No sé si cabe la conjugación...
Pero, los verbos: querer estar permanecer ni siquiera caducaron al amanecer.

Y, al otro día, el recuento... 
No sé si exista más allá de esto
una estela de luz, más que el olor
del triste adiós. 

Y no es dolor por la modificación de los verbos... 
Pero, ¡qué joda con los adverbios!