Carmen Ubeda Ferrer

Afrodita

Aquella noche de intenso calor, tu y yo, tendidos indolentemente sobre la fresca hierba a la orilla del río, escuchábamos el murmullo del agua al deslizarse entre las piedras, mirábamos al cielo donde, a través de las hojas de los árboles, se iba encendiendo la luz de la luna. El perfume de las flores era voluptuoso…

De pronto nos sorprendimos al rozarse nuestros cuerpos desnudos.

El afrodisíaco contacto del primer beso fue el blanco preciso del deseo…

 

Carmen Úbeda Ferrer ©