Es mi fe la devoción
y el noble apoyo sincero
no el proceder altanero
y falto de corazón;
tal vez, falto de oración,
pero un eterno, te quiero,
una constancia de acero
y un decir con la acción;
es mi templo verde encanto,
con un techo hecho de estrellas,
es mi rito dulce canto
para todas las cosas bellas;
muy sutil es mi quebranto
y perenne el amor a ellas...