Al sentir la mirada
de mis ojos inquietos
no sabrás lo que mi alma
por ti lleva aquí dentro.
Y al llegar la mañana
no verás los luceros
ni la luz de alborada
que amanece en mi pecho.
Porque oculto se encuentra,
lo que siento por ti
y no te has dado cuenta
de mi cuerpo febril,
el que ansioso te espera
con tu aroma a Jazmín.