MetatrĂ³n

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Los pecados capitales,
siete días de la semana,
hasta el séptimo hokage,
combatió con su desgana.

Siete fueron los portales,
siete veces tú en mi cama,
las leyes universales,
el guionista de esta trama.

En mes siete un niño nace,
con la mente anestesiada,
por el vicio y el desfase,
veo tristeza en su mirada.

Puedo hacer lo que me place,
lo que a mi me de la gana,
evadiéndome con clase,
consumo una sustancia cara.

Siete veces yo te traje,
dijo un ente que me encara,
vivo en un cortometraje,
por la rueda del Samsara.

Ya no hay nada que me encaje,
el pensamiento nunca para,
acumulo en el garaje,
por si con ello un día contara.

Se ha erizado mi pelaje,
siete maravillas raras,
siete chakras en el cuerpo,
que un diecisiete al fin llegaras,
con la muerte de mi abuelo,
setenta y siete vueltas dadas,
yo con siete y tú en el cielo,
que conmigo contactaras.