esthelarez

lO qUe TeNgO (Poema 407 de esthelarez)

lO qUe TeNgO

(Poema  407 de esthelarez)

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Tengo un abandono de la luna

que pálida, brillante y poderosa

ya se esfuma;

así, del sol radiante, cálido

y sonriente,

que se opaca;

así, de las estrellas titilantes

en el trasfondo azul oscuro

de la bóveda celeste e imponente,

que se miran coquetas en la mar calmada

y del infinito cosmos,

que se apagan…

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Tengo ausencia completa de radiantes colores,

de verdores silvestres, de vida voluptuosa,

de ruidosos ríos imponentes

con su frenético caudal raudo,

empoderado del camino trasado y desbordado;

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de coloridas flores, de cantarinas aves,

de entremezcladas nubes como amantes,

de ti y tu portento enhiesto

cual bandera triunfal en el ritual candente…

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Tengo un gélido ambiente por la ausencia

que marca mi estadía:

¡en solitario!

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Tengo un miliar de agujas por mi piel

que traspasan mis músculos

hasta romper mis huesos y mi hiel…

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Tengo un rompimiento de mi alma

en el dolor más cruel

que me acongoja

.

Tengo una tristeza por la espera

del beso de dos pieles

que se fundan en dicha y desenfreno:

¡nuestras pieles!

.

Tengo una extrañeza por un alma

henchida en el revuelo

de juntar dos cuerpos:

¡nuestros cuerpos!

.

Tengo un duelo por la ausencia

del amado ser que me conmueve:

¡tú!

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Tengo una dolencia por el suspirar

perdido del orgasmo ausente:

¡nuestro júbilo presente!

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Tengo todo esto y mucho más

que indescriptible siento

y en esta majestuosa soledad

que me convoca…

.

de pronto así, no más así…

 llega de repente un final inesperado…

en solitario, aislada, en inmensa melancolía

y cobardía, cubierta de dolores

que atroces e inclementes

en mi alma y cuerpo solitarios

se han prendado,

.

han logrado rendir lo más preciado,

por tu partida, en huida cobarde y desmedida…

.

Se escuchan trompetas celestinas…

inician el funeral de mi amor

su estruendo se avecina, muy prudente,

meditabundo, lento y precavido

para arrancar el dolor

que aterra mi alma

y estremece mi cuerpo solitario…

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Se inicia el retroceso del desarme,

veo una luz cegadora que me baña…

.

mi alma y cuerpo adelantan el proceso:

ese desierto colmado de ausencias,

dolores y deshonras…

se ha perdido

y ahora congelado lo percibo…

.

Después de este raudo

y certero funeral,

llevándose así lo más cobarde…

.

he de ahincar el consuelo

y la esperanza vívida:

¡volveré a amar!

es mi conjuro actual

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© R.D.A. Tomado de “El arte de ser sensible” de Los “profes”

Pereira (Rda).

Colombia

Año: 2004

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