Sonrojo cuando me miras
porque fuego son tus ojos,
arden y queman mis enojos,
y disfrazan la mentira.
Entristezco si retiras
tú mirada atrayente
de mis ojos y mi boca
porque siento no provoca
en ti deseo vehemente;
quiero que mires con el alma
con ojos de deseo y amor
para así evitar el temor
y seguir con bríos y calma.