Pero antes
quiero
qué me trocen la pichula
en pedacitos
Las mujeres ya no tienen vagina,
y su voz es extraña
como de ultratumba
Los rusos están bailando cumbia
y chupándose la pinga
entre ellos
con fruisión
Mi potito está sangolotero
y las viejas se están lanzando
de los puentes
Los veinteañeros
y los curas están oyendo la radio
apagada
y en Pekín han desaparecido los perros
y las rosas
Hay intereses comerciales
qué dinamitan
los sueños de las cucarachas
y aquí se termina
la poesía ácida