Esta fue mi vida.
Triste vida de secarral.
De presentimientos vacíos
y fatuas evocaciones sin sentido.
De secundarias alucinaciones
y verbos floridos y espeluznantes-
en el peor de los sentidos-.
De muros o paredes llenos
de tristes colgajos sin un ápice
de grandeza. Triste vida
de felón y de marioneta.
De sacudidas en las mangas
y la camisa de fuerza casi ajustada.
De marrones bien comidos
y de masturbaciones implícitas.
Esa voz, la antigua y propia,
ya no me identifica. El eco
muere entre mis ladridos.
Esta ha sido mi vida.
La de un perro por la lepra
carcomido-.
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