Un amor que aunque se perdiera, siempre se encontraría, si un pacto hiciera jamás se olvidaría, pues hasta en las venas al otro sentiría...
Desde que nuestras miradas se encontraron, nuestras almas se abrazaron, reconociéndose almas gemelas desde tiempos ya pasados
¡Cuánto nos habíamos esperado! Tengo paz abrigada en tu regazo, ha llegado a mi vida el mas hermoso regalo.
Tanta falta me hacías, te escribí mil poemas, no los leías, no estabas cerca; pero son testigos de mi amor aunque no estuvieras.
Acabó mi inquietud, estás a mi lado, protegiendome, amándome, atendiendo mi solicitud: Hasta la eternidad te amo.
Si volviéramos a perdernos Vida Mía, búscame de nuevo, porque solo tú diáfano apego me hace sentir la bonhomía de este amor que nos uniría sempiterno...